La noción de subempleo, parte de la premisa que para que para
que una persona se considere subempleada tiene que tener un empleo. Ciertamente
una persona subempleada es una persona ocupada, esta observación no resulta
siendo bizantina, en tanto una parte de la doctrina considera al desempleo
estructural como una de las seis dimensiones que explican el subempleo
relacionado con los conocimientos y capacidades de la fuerza de trabajo.
Las formas de clasificar a una persona como subempleada son múltiples.
Así se pueden determinar como factores a considerar para determinar a un
subempleado: la retribución, la jornada de trabajo, la estabilidad en el empleo,
y las capacidades y el nivel de instrucción exigidos para el trabajo. En tal
sentido, será subempleada una persona, en tanto estas características estén por
debajo de cierto nivel definido a partir de un empleo anterior del mismo
trabajador, y los empleos de otros trabajadores con los que se hace la comparación,
entre otros factores.