La noción de subempleo, parte de la premisa que para que para
que una persona se considere subempleada tiene que tener un empleo. Ciertamente
una persona subempleada es una persona ocupada, esta observación no resulta
siendo bizantina, en tanto una parte de la doctrina considera al desempleo
estructural como una de las seis dimensiones que explican el subempleo
relacionado con los conocimientos y capacidades de la fuerza de trabajo.
Las formas de clasificar a una persona como subempleada son múltiples.
Así se pueden determinar como factores a considerar para determinar a un
subempleado: la retribución, la jornada de trabajo, la estabilidad en el empleo,
y las capacidades y el nivel de instrucción exigidos para el trabajo. En tal
sentido, será subempleada una persona, en tanto estas características estén por
debajo de cierto nivel definido a partir de un empleo anterior del mismo
trabajador, y los empleos de otros trabajadores con los que se hace la comparación,
entre otros factores.
En relación a la última característica, relativa al nivel de instrucción
y empleo, se considera que si los empleos que deben ser ocupados por titulados superiores, fueran ocupados por
personal sin estos estudios, la productividad sería nula o escasa. De la misma
forma, si los puestos que no exigen titulación universitaria, fueron ocupados
por titulados superiores, la productividad de éstos sería, en el mejor de los
casos, idéntica a la de las personas sin este grado de instrucción.
Para evitar las situaciones de subempleo, por capacidades y
nivel de instrucción, el empresario debe llevar a cabo, el proceso de
reclutamiento y selección de personal, inspirado en el principio de persona más
adecuada al puesto. De esta manera, la persona seleccionada, dentro del primer
subsistema de gestión de talento humano, esto es alimentación de personal, será
aquella que cumpla de manera más satisfactoria los requisitos exigidos para el
cargo o puesto en la empresa, para lo cual deberá realizarse previamente una descripción
del puesto o cargo que se debe ocupar. La comparación entre las características
exigidas para el desempeño del cargo o puesto y las que posea el candidato es
lo que se denomina análisis del cargo.
De acuerdo a lo señalado, no es aconsejable que sea
contratada la persona que posea más títulos o grados, sino aquella que se
adapte mejor a la descripción del puesto que deba ocuparse.
El subempleo en el Perú
Si nos limitamos a la definición operativa para determinar el
nivel de subempleo, que maneja el Instituto Nacional de Estadística, no podríamos
considerar como factor para determinar el nivel de subempleo la capacidad o instrucción
del trabajador.
Sucede, que según esta institución, existen dos tipos de
subempleo, el visible y el invisible. En el primer caso, estamos frente a
personas que tienen una jornada inferior o igual a 35 horas semanales, y tienen
disponibilidad de trabajar más horas. Esta definición, no incluye a aquellas
personas que no están sujetas a jornada máxima como lo es el personal de dirección,
trabajadores que realizan labores intermitentes de espera vigilancia o custodia,
o a los trabajadores no sujetos a fiscalización inmediata.
Por el contrario, estamos frente al subempleo invisible,
cuando se trata de personas que laboran 35 horas o menos y desean trabajar más
horas y además tienen un ingreso menor al mínimo referencial. Este ingreso mínimo
se obtiene relacionando la canasta mínima de consumo con el número de perceptores
del área urbana de cada dominio geográfico.
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