La segmentación de los mercados de trabajo es un hecho perfectamente reconocible hoy en día, siendo la causa principal de esta segmentación, las variables técnicas, producidas por hechos como la revolución informática y los nuevos requerimientos formativos que se demandan a partir de la integración económica y la globalización de los mercados. Ciertamente, se puede encontrar tanto una segmentación del lado de la oferta como la demanda de trabajo.
En el ámbito interno, la aparición del mercado segmentado es debido a la complejidad tecnológica que demanda mano de obra cualificada y formación por parte de la empresa, en mucho casos específica para ella y no provista desde ámbitos externos. Significa que la empresa tiene especial interés en que la mano de obra permanezca en la empresa para rentabilizar esos costes, por lo que se establecen buenos salarios y buenas condiciones de trabajo para dichos trabajadores altamente calificados.
Por el contrario, aquellos trabajadores que no tengan la posibilidad de tener una mano de obra cualificada, serán condenados al desempleo o aceptar condiciones de trabajo menos ventajosas, a través de contratos de trabajo atípicos[1]. Así tendremos que capital y trabajo calificado son complementarios. Por el contrario, capital y trabajo no calificado son sustitutos.
[1] Se pueden encontrar dos tipos de trabajadores atípicos: 1) aquellos que son contratados en régimen precario y con reducidos beneficios (contratación a tiempo parcial, contratación a prueba, contratos especiales de formación profesional, contratos de trabajo en edad avanzada, etc); 2) los trabajadores registrados como independientes o autónomos, que tienen desde el punto de vista formal una relación contractual de carácter civil/comercial con el empleador/empresario. RASO DELGUE, Juan. La Contratación Atípica del Trabajo. Editorial AMF. Montevideo. Año 2003. pag.32.
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