En plano de la teoría económica, el mercado de trabajo esta condicionado por tres factores, estos son desde el punto de vista de los institucionalistas: la demanda de trabajo, la oferta de trabajo, y el marco institucional y normativo en el que se desarrolla el mercado de trabajo.
En relación al primer elemento del mercado, la demanda de trabajo esta condicionada por el crecimiento de la producción y el costo que supone la contratación de un nuevo trabajador. Si la producción crece con un retraso de tiempo, el empleo también lo hará.
A su vez, si el costo de contratar a un trabajador sube, la cantidad demandada de trabajo disminuirá.
De acuerdo a la teoría institucionalista, que intenta dar una explicación al funcionamiento del mercado de trabajo, los factores institucionales y el marco normativo resultan determinantes, en tanto sino se establecen incentivos adecuados para la contratación laboral (por ejemplo no rigidez en las formas de desvinculación empresarial), se puede dar la paradoja de que crezca la producción, y, que por un tiempo, no sucedan cambios positivos en el nivel de empleo y desempleo.
Ciertamente, pueden darse crecimientos importantes en la productividad, que no se traduzcan en una relación directamente proporcional con el crecimiento del empleo. Ello puede tener dos explicaciones. La primera, es que el mismo número de trabajadores produce más que antes, debido a factores por ejemplo tecnológicos. En segundo lugar, tiene que ver con la descentralización productiva que utiliza como herramientas, a nivel colectivo, la tercerización de servicios y la intermediación laboral. Las grandes compañías tienden a poner plantas en otros países, indirectamente a través de la tercerización de parte de su proceso productivo, con lo cual el ingreso de las empresas sube al ser más eficientes, y por tanto el ingreso del país por medio de la tributación, pero no el empleo.
En el caso del Perú, se aplicaría el primer factor, el mismo número de trabajdores produce más y, por ende, suben los ingresos de las empresas y del país. Así, en el Perú, uno de losl sectores que más creció fue la minería, sector primario, que no se caracteriza precisamente por ser intensivo en mano de obra. Ciertamente, la productividad creció más que el empleo.
A lo señalado debe añadirse que no existe una relación directa en cuanto a la oportunidad de crecimiento de la productividad y la generación de empleo. De esta manera, si crece la producción hoy, el empleo que se genere, mucho o poco dependiendo la actividad económica empresarial, será posterior; en tanto el mismo esta en función de las expectativas que sobre el futuro tengan los inversores, ello estará condicionado por factores de seguridad, de respecto a las instituciones y por simplificación en los trámites de la formalización.
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